La transpiración es un mecanismo natural que posee el cuerpo para descender la temperatura corporal. La temperatura corporal se mantiene dentro de valores estables, existiendo diversos mecanismos  tanto para aumentar la temperatura como para la pérdida de calor.
La producción de sudor sobre la piel, permite que el mismo se evapore, eliminando el calor sobre la piel. El sudor tiene un aroma particular que requiere el uso de desodorantes o antitranspirantes. La diferencia entre ambos productos radica en que el desodorante ofrece una fragancia para disminuir la incidencia del olor del sudor. En cambio, un antitranspirante disminuye la producción de sudor de un sector de piel determinada. Es recomendable para toda persona que produzca gran cantidad de sudor o que el aroma del mismo interfiera con las actividades diarias que lleva a cabo.

Es recomendable probar varias marcas de antitranspirantes y diversas formas de presentación hasta elegir aquella que nos ofrezca los mejores resultados.
Las personas que utilizan antitranspirantes diariamente es recomendable que algún día a la semana no utilicen ningún producto y dejen la piel transpirar naturalmente, para contribuir a su mejor hidratación. De esta forma se reduce la posibilidad de aparición de posibles irritaciones del uso continuo del antitranspirante.