La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, además de tener una gran complejidad. Nos permite comunicarnos con nuestro entorno, recibiendo sensaciones que van desde temperatura, vibraciones, táctiles hasta dolorosas. El cuidado de la piel es de vital importancia para la estética y para un correcto estado de salud. La piel impide que numerosos microorganismos ingresen a nuestro cuerpo y sean capaces de generarnos infecciones. Para cumplir de forma eficaz con esta función la piel debe estar bien hidratada, es decir, que sus células deben de disponer de abundantes líquidos para que puedan sobrevivir el mayor tiempo posible.

Las células más externas de la piel se van muriendo y constituyen una cubierta protectora que busca evitar la evaporación de líquidos, sino la piel estaría mucho más seca de lo habitual. Para lograr una piel hidratada y sana existen en el mercado numerosas cremas acuosas que aplicada de forma generosa permiten mejorar el estado de todas las capas de la piel.
Una piel hidratada requiere un buen balance hídrico corporal, siendo lo recomendado beber al menos dos litros de agua diario, de esta forma podrá haber líquido disponible a nivel corporal para todas las células del cuerpo incluida la piel.