La mejor manera de nutrir nuestra piel para mantenerla sana e hidratada es por supuesto beber mucha agua. El agua ayuda a nuestro cuerpo a eliminar las toxinas acumuladas.

El mal humor y la irritabilidad son alguno de los síntomas de una persona con falta de hidratación. Si tenemos problemas en ese sentido, hidratarnos correctamente contribuirá a mejorar nuestro día a día.

Trucos:

Mantén un suministro constante de agua en los sitios donde estés el mayor tiempo: el trabajo, tu centro de estudios, en tu habitación, etc

Puedes aderezar el agua con un poco de limón o alguna rodaja partida de tu fruta preferida, te hará mucho más agradable la experiencia.

Ten una crema o producto hidratante siempre a mano y utilízalo varias veces al día. Tócate el rostro o piel y según la aspereza del tacto sabrás si necesitas o no aplicarte de nuevo hidratación.

Cuando viajes y en los días con viento y frío, utiliza un complemento o crema hidratante extra. En esos días es cuando más sufre la piel.